sábado, 20 de septiembre de 2008

Nos gusta que nos miren

Vale. Aunque volveremos a esos temas mas adelante, podemos decir que ya tenemos las ganas y la actitud. Tenemos ganas de follar, y no tenemos vergüenza de hacerlo.

Vamos a realizar el primer paso para conseguir una total rendición por parte de nuestra pareja. Este es un plan a largo plazo, así que vamos a ir poco a poco, afianzando cada uno de los pasos, para continuar al siguiente.

Es muy posible que te encuentres con que tu pareja, después de seguir alguno de las cosas que vamos a comentar, tenga ganas de hacerlo. Eso no es malo, al contrario. Follatelo, haz el amor, lo que tu prefieras. Al final, de lo que se trata es de eso, de ir conociéndole sexualmente, por lo que ir descubriendo cosas poco a poco es lo mejor que te puede pasar. Malo sería si no pasase.

Bueno, que me distraigo...

Como dice el título, nos gusta que nos miren. No tienes mas que pensar un poco... ¿cuantos tíos conoces que se preocupen de correr las cortinas cuando están desnudos en casa? de hecho, ¿cuantos conoces que vayan en seguida a vestirse después de ducharse?

Nos gusta pasear desnudos. Nos gusta mostrar nuestro cuerpo, que nos miren, y que nos busquen. Nos gusta, en verano, tumbarnos en la cama o en el sofá en pelotas y dejar que el aire nos refresque. Nos gusta mirarnos en el espejo. Intentar sacar algún músculo, si lo tenemos, o sacarlos todos, si lo tenemos. Y, sobretodo, nos gusta que nos miren la polla.

Nos encanta.

Ya se que a algunas mujeres les resulta lo mas feo del cuerpo del hombre, pero eso a nosotros nos da igual. Durante años, hemos estado viviendo con ella. Hemos visto como crece, como se llena de vello, y por sus distintos estados diarios.

Y nos gusta. Es nuestra polla, ya sea grande, pequeña, gorda o delgada. Es la nuestra, y está ahí para que se le haga caso.

Si quieres empezar a trabajar en la relación con tu pareja, este ejercicio es muy simple. Mírale. Mírale cuando está desnudo, y sonriele. Demuéstrale que te gusta mirarle. Si está tumbado, acercate y observa su piel.

Si te apetece, mirale el pubis. Mirale la polla. Tumbate a su lado si está en la cama, o en el suelo si está en el sofá. Cogele la polla con cariño, y mirasela. Separa la piel de su prepucio, descapullala, y observa todos sus pliegues, su forma, su grosor... aprendetela de memoria.

Es posible que tras este ejercicio tu pareja te pida una mamada o al menos tenga ganas (si no lo has hecho nunca, seguro que lo hace). Hacerlo o no ya es cosa tuya, pero como te decía al principio, se trata de disfrutar.

2 comentarios:

Yure dijo...

Me ha gustado tu blog, interesante.
http://misrelatoseroticos2008.blogspot.com/

Morbo dijo...

Muchisimas gracias.

He estado leyendo el tuyo, y me ha gustado la forma que tienes de escribir relatos. Me gustaría enlazarte, si no te importa.

Ah, y muchas gracias por el comentario.